martes, 20 de diciembre de 2016

La incultura erosiona el país.



LA INCULTURA EROSIONA EL PAÍS

El problema educativo de nuestro país es grave. En los últimos dos decenios específicamente en lo que se refiere a la educación básica y media e incluso superior,  el deterioro ha sido dramático, por obra de muchos factores, entre los que se destacan la radicalización política magisterial, la incapacidad de los Gobiernos para responder de modo adecuado a una demanda estudiantil creciente, que proviene de los sectores menos favorecidos de la sociedad.
Nuestra niñez, y por consiguiente nuestra juventud, lee cada día menos, y en consecuencia cada día está más alejada del saber auténtico y permanente.
Esto dificulta que se consolide la identidad nacional, y hace a las nuevas generaciones mucho más vulnerables a la alienación ideológica y a la actitud depredadora de los valores morales y espirituales.    
Ni los padres ni los profesores inculcan hoy a los jóvenes, de manera sistemática, el hábito enriquecedor de la lectura de las grandes obras que ha creado el pensamiento humano, desde el pasado hasta nuestros días.
Lo que los jóvenes, por obligación lee, son apuntes, extractos, manuales deficientes y textos fragmentarios. Y así vemos cómo, después de doce años de estar en las aulas, muchos ni siquiera saben leer, en el sentido compresivo del término.
Este es un índice muy revelador de lo que es nuestra Patria: un desierto cultural, más desolador que el desierto ecológico por el que muchos vivimos preocupados. Y esa perspectiva debe conmovernos a todos, al Gobierno, a todos los sectores sociales, porque si dejamos que la ignorancia siga creciendo, los conflictos, la violencia, el desorden social establecido seguirá creciendo.